en un lugar

lunes, febrero 06, 2006

de Cangas del Narcea

(...que cuando escampe parezca nuestra esperanza)

El día 16 de julio se sube a mediodía la Virgen del Carmen desde su capilla, en el barrio de Entrambasaguas, hasta la basílica. A las ocho de la tarde, la procesión de la Virgen, en su regreso a la capilla, se detiene en la parte más alta del puente romano, momento en que más de doscientos miembros de la Sociedad de Artesanos comienzan a lanzar cientos de voladores a mano. Después de unos tres minutos se prenden las largas máquinas de voladores, situadas en el entorno del puente, que producen un estruendo ensordecedor que hace vibrar el suelo y el valle se cubre de una nube de humo, en un efecto sobrecogedor. Más de 60.000 voladores de todos los tamaños son lanzados al aire en un tiempo récord que no suele superar los siete minutos, en un espectáculo único que es reconocido por los mejores pirotécnicos.